Durante el semestre de enero a mayo de 2019 fui por primera vez a este santuario de animales de granja con la Asociación de Estudiantes de Pre-Veterinaria de mi universidad. Allí pude trabajar de cerca por primera vez con animales de granja y caballos. Más tarde ese verano, me puse en contacto con ellos y me uní a su asociación de voluntarios. Desde el día 1 fue una experiencia práctica con todos y cada uno de los gigantes y pequeños animales que habitaban allí.
Pude trabajar con caballos, vacas, cabras, ovejas, gallinas y hasta un cotorra... en fin, pude trabajar con TODO. Asisti tanto en el mantenimiento de la bioseguridad como en la limpieza de las áreas comunes. Trabajando en el tratamiento y rehabilitación de todos los animales, asistiendo con atención médica y dando nutricion. Ademas, tuve mi primera experiencia usando un estetoscopio, jeringillas, aplicando fluidoterapia y limpiando heridas abiertas. Pude ver de cerca heridas de bala en caballos, exposiciones musculares y de huesos. Al igual que pude presenciar el nacimiento de algunas cabras, en fin, me involucré en TODO.
Posteriormente comence a ayudar en la parte administrativa, organizando eventos y manteniendo documentos al día el pizarra de emergencia. Luego, ayude a atraer nuevos voluntarios de manera fisica y por las redes sociales, donde mas adelante me dieron el puesto de líder de voluntarios. Donde más tarde, tuve la oportunidad de traer un proyecto llamado Natura. El cual se dedicó a utilizar materiales reciclados y embellecer las áreas del santuario con flores y elementos reutilizables. Puedo decir abiertamente que, lamentablemente, duró poco, debido a las condiciones del clima y, como era una fundación sin fines de lucro, no teníamos un ingreso fijo. Por eso, la prioridad siempre fue tener alimentacion y la medicamentos para los más de 100 animales que allí vivían.
Pude aprender tanto en menos de un año. Aprendí sobre las diferencias entre una cabra y una oveja, y las diferencias entre caballos criollos y caballos de Paso Fino. Había días que solo me enfocaba en organizar el laboratorio y hacer inventarios, mientras que otros días salía cubierto de pelos y fango de tanto correr por las montañas y el campo con todas las cabras y asistir en emergencias. Pude tener esa exposicion a cómo las autoridades, como la polician traían los caballos.
Tuve un crecimiento acelerado tanto en lo personal y profesional. Mi visión en ese momento de lo que era la medicina e incluso la conservación, tomó un rumbo diferente. Pensando más hacia el lado ético-moral del trato que reciben muchos animales en diferentes ambientes. En este caso, en la industrie de carney de producción. Luego de ser testigo de muchos animales maltratados y desgastados que llegaban al santuario. Eso, en comparación con la poca experiencia clínica que tenia, fue algo súper diferente y una alegría y pasión COMPLETAMENTE diferente.
Esta experiencia de voluntariado la cual duro desde el verano de 2019 hasta mediados del 2021, en la que participé activamente. Ayúdame a darme de cuenta que si tengo curiosidad por la medicina, pero la alegría de salir al campo y ensuciarte hasta detrás de las orejas para proteger y ayudar a los animales no se compara de ninguna manera.
En ese momento no sabía por qué me sentía tan feliz cada vez que iba a la montaña a buscar caballos o perseguía a las ovejas cuando salían del redil. Pero ahora sé que, por mucho que queria mejorar su salud, también me preocupaba por darles una voz dentro de su entorno y hogar. Dándoles una voz y una posición estable para todos aquellos que nunca les habían dado una pizca de amor y cariño.
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